El 1-2% de la población mundial tiene artritis reumatoide (AR), una inflamación crónica en las articulaciones. Dado que causa inflamación y destrucción articular progresiva, también es conocida como una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo. Está provocado por una vía de señalización celular anormal causada por factores ambientales, genéticos y autoinmunes.
La inflamación y el dolor en las articulaciones son comunes, y su intensidad varía desde bastante leve hasta completamente debilitante. Además, muchos pacientes experimentan síntomas de la gripe, como cansancio, pérdida de apetito, extremidades frías, fiebre y debilidad general.
Dolor en varias articulaciones, rigidez en varias articulaciones, particularmente después de estar sentado o en reposo durante largos períodos de tiempo, hinchazón, síntomas sistémicos cuando la enfermedad está activa:
Fatiga, pérdida de peso y baja temperatura.
Las células madre mesenquimales pueden ingresar a los tejidos inflamados y dañados. De esta manera, las células madre se enfocan en reparar los tejidos y órganos dañados. Pueden distinguirse de condrocitos, osteoblastos y miocitos de cartílago. Finalmente, las células madre mesenquimales funcionan constantemente para ayudar a retrasar la inflamación de la artritis.
La terapia con células madre para pacientes con artritis reumatoide (AR) ayuda a regenerar el tejido dañado de las articulaciones, a reducir la inflamación y a disminuir la progresión de la enfermedad.
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