Las enfermedades del sistema nervioso abarcan una amplia gama de trastornos que afectan el cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos. Entre las más comunes se encuentran la esclerosis múltiple (EM), la enfermedad de Parkinson, el accidente cerebrovascular (ACV), la enfermedad de Alzheimer y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Estas afecciones pueden resultar en una variedad de síntomas debilitantes, incluyendo pérdida de memoria, dificultades motoras, debilidad muscular, temblores, parálisis parcial o total y deterioro cognitivo. Muchas de estas enfermedades son progresivas y no tienen una cura definitiva, lo que hace que el tratamiento se enfoque en controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Los síntomas varían según la enfermedad específica, pero en general, incluyen problemas motores como rigidez muscular, temblores y espasmos, pérdida de equilibrio y coordinación, entumecimiento o debilidad en las extremidades, y dificultad para hablar o tragar. También pueden aparecer problemas cognitivos, como pérdida de memoria, confusión, dificultad para concentrarse y cambios de comportamiento. En casos severos, pueden desarrollarse parálisis, incontinencia y dificultades respiratorias. La fatiga crónica y el dolor neuropático también son comunes en muchas de estas enfermedades.
El uso de células madre mesenquimales en el tratamiento de enfermedades del sistema nervioso ha generado interés debido a su capacidad para promover la reparación de tejidos dañados y modular la respuesta inmunológica. Las CMM pueden diferenciarse en células nerviosas y, además, secretan factores de crecimiento y otras moléculas que ayudan a regenerar neuronas y otros tipos de células del sistema nervioso central. En estudios clínicos, se ha observado que las CMM pueden reducir la inflamación en el cerebro y la médula espinal, lo cual es especialmente útil en condiciones como la esclerosis múltiple y el accidente cerebrovascular.
La terapia con células madre mesenquimales ofrece una opción para pacientes con enfermedades neurológicas, ya que pueden contribuir a la regeneración de tejido nervioso dañado y mejorar la función motora y cognitiva. En condiciones como la esclerosis múltiple, las CMM pueden ayudar a reducir los brotes inflamatorios y ralentizar la progresión de la enfermedad. Además, en casos de lesiones traumáticas del sistema nervioso, las CMM han mostrado potencial para reparar la médula espinal y restaurar algunas funciones motoras y sensoriales. También se han reportado mejoras en la calidad de vida de pacientes con Parkinson y Alzheimer al reducir la inflamación cerebral y promover la neurogénesis.
Copyright © 2024 LifeBooster - Todos los derechos reservados.
Sitio Web Desarrollado por Departamento TIC.